Su historia, llena de contrastes y audacia, es digna de ser contada.
El fallecimiento se confirmó el lunes pasado. No fue una partida silenciosa; al contrario, la vida de esta notable figura estuvo marcada por la irreverencia y la pasión. Hablamos de una mujer que, además de maestra de la cocina sureña, se atrevió a desafiar las convenciones sociales de su época, logrando una popularidad que llegó mucho más allá de los fogones.
Su nombre: Nathalie Dupree. A sus 85 años, dejó este mundo en un centro de enfermería especializada, tras una fractura de cadera. La noticia fue confirmada por Cynthia Graubart, su colaboradora y productora de toda la vida. Más que una cocinera, Nathalie era una personalidad televisiva y una mentora culinaria. Su impacto en la escena gastronómica sureña es innegable, pero su legado va mucho más allá de simples recetas.
A lo largo de su carrera, se le atribuyeron diversos títulos: “la Julia Child del Sur”, “la reina de la cocina sureña”, e incluso “la anti-Martha Stewart”. Estas etiquetas reflejan su personalidad única. Un ejemplo de ello es su aparición en el programa “Today”, donde, después de preparar un majestuoso lomo de cerdo, sorprendió a Katie Couric con un sencillo pastel de chocolate del supermercado. Un gesto que resumía su filosofía: la autenticidad por encima de la ostentación.
Su compromiso social también fue notable. En la década de 1980, época en la que su audiencia estaba compuesta en gran parte por mujeres conservadoras de las afueras, se atrevió a mostrar una cinta roja del SIDA en su delantal durante la filmación de su programa de televisión. Un acto de valentía y visibilidad que habla de su carácter frontal y su compromiso con causas importantes.
Más allá de sus logros culinarios, Nathalie Dupree cultivó un círculo intelectual y político. Su pasión por la literatura y la política la llevó a organizar reuniones en las que las galletas caseras eran el ingrediente principal de animadas conversaciones. Incluso, llegó a realizar una singular candidatura al Senado de Estados Unidos, mostrando una vez más su espíritu independiente y audaz.
Su cocina, tan llena de sabor como de anécdotas, refleja su compleja personalidad. “Su vida fue tan desordenada como su cocina, pero eso era parte de su encanto”, podrían decir quienes la conocieron. La figura de Nathalie Dupree permanece como un recordatorio de que la vida, al igual que la buena comida, puede ser una mezcla inesperada de sabores, texturas y experiencias.