Una fuente anónima, miembro de una hermandad de cuarto año, comentó: “Creo que ha habido un cambio cultural en la UM en los últimos años que la ha convertido en una escuela más ‘sureña’ según muchos aspectos. Las fraternidades y hermandades de mujeres más importantes tienen mucho capital social. Y estar en una de ellas es definitivamente un símbolo de estatus.” Esta observación contextualiza el reciente anuncio que ha generado revuelo en las plataformas digitales.
¿El centro de la controversia? La elección de Sydney Sweeney, la aclamada actriz de Euphoria y The White Lotus, como “sweetheart” de la fraternidad Theta Chi – Delta Epsilon en la Universidad de Miami. La noticia, publicada en Instagram el 9 de enero por la propia fraternidad, ha desatado una ola de reacciones.
Sweeney, de 27 años y con más de 23.4 millones de seguidores en Instagram, sugirió una próxima aparición en un evento de Theta Chi con un comentario en su publicación: “mi grupo favorito de chicos, nos vemos pronto ;).” Su breve paso por UCLA y su ausencia de vínculos formales con la UM añade un elemento intrigante a la situación.
La elección de una celebridad de la talla de Sweeney como “sweetheart”, un rol tradicionalmente reservado para miembros de la comunidad universitaria, es, sin duda, una estrategia no convencional para aumentar la visibilidad y el prestigio de Theta Chi, la fraternidad más nueva de la UM, establecida en marzo de 2024.
Páginas como Red Cup Miami y Bro Bible se unieron a la conversación online, expresando su sorpresa y admiración por la decisión. Se rumorea que la conexión entre la fraternidad y Sweeney se debe a una relación familiar entre el vicepresidente de Theta Chi y el prometido de la actriz, Jonathan Davino, quien según su presencia en redes sociales, asistió a los MTV Video Music Awards como invitado de Sweeney en 2022.
Este evento no es aislado. Cabe recordar que Abella Danger, modelo e influencer, también fue nombrada “sweetheart” de otra fraternidad el año pasado. La creciente popularidad de la vida griega en la UM, con su inherente jerarquía social, da un nuevo contexto a estas elecciones poco ortodoxas, poniendo de manifiesto el complejo tejido de relaciones y estrategias que se tejen en el corazón de la vida universitaria.