Kendrick Lamar en el Super Bowl: La ausencia de Drake intensifica su rivalidad
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Este domingo, Kendrick Lamar, quien recientemente se llevó cinco Grammys gracias a su explosiva canción “Not Like Us”, se presentará en el medio tiempo del Super Bowl. Una hazaña que muchos consideran el pináculo de la carrera de un artista. Sin embargo, la historia adquiere un giro inesperado.
Drake, el archirrival de Lamar, no estará presente para presenciar la actuación. Mucho se ha especulado sobre esta ausencia, considerando la historia entre ambos artistas. Pero la realidad es más simple – y quizá, aún más significativa – de lo que muchos podrían imaginar.
Drake, de 38 años, se encuentra actualmente en plena gira Anita Max Win. La gira, que inició el 4 de febrero en Perth, Australia, lo llevará por diferentes ciudades de ese continente hasta el 16 de marzo. Su presentación en Melbourne, el mismo día del Super Bowl, es la pieza clave de este rompecabezas.
La coincidencia no es fortuita. Fuentes cercanas a Drake confirman que el rapero eligió conscientemente realizar su concierto en Australia, a miles de kilómetros del escenario del Super Bowl. Esta decisión, tomada poco después de que Lamar obtuviera la victoria en los Grammys con "Not Like Us", una canción explícitamente dirigida a él, habla por sí sola.
Recordemos el 2 de febrero, cuando Lamar, con 37 años, aceptó sus Grammys usando un esmoquin canadiense, un claro guiño a la nacionalidad de Drake. En su discurso, declaró: “Esto es para mi barrio, para Los Ángeles, que me ha apoyado desde que era un cachorro... desde que estaba en el estudio luchando por escribir los mejores raps”, una frase que ha generado mucha especulación.
La rivalidad entre ambos artistas se remonta a 2013, cuando Lamar lanzó su primera indirecta a Drake en la canción "Control" de Big Sean. Este enfrentamiento se reavivó el verano pasado con el lanzamiento de nuevas canciones con indirectas, culminando con la acusación de Lamar a Drake de ser un “pedófilo” en su tema ganador del Grammy.
La ausencia de Drake en el Super Bowl, sin duda, añade un capítulo más a esta saga llena de tensión y rivalidad. Su decisión, más que una simple coincidencia, representa una declaración implícita. Una respuesta silenciosa, pero contundente, en la compleja y fascinante batalla del hip-hop.