Caída de Bill Cosby: De ícono a convicto y vuelta atrás

Hablamos de Bill Cosby, un nombre que hasta hace poco evocaba risas y nostalgia para millones. Su carrera, que despegó en los clubes de comedia, lo llevó a la cúspide con The Cosby Show, una serie que marcó un hito al presentar una familia afroamericana de clase media-alta, rompiendo con los estereotipos de la época. Este programa, transmitido entre 1984 y 1992, le valió innumerables premios, incluyendo nueve Grammys y, en 2002, la Medalla de la Libertad, otorgada por el entonces presidente George W. Bush. Su trabajo en series animadas como Fat Albert and the Cosby Kids, con sus mensajes educativos, consolidó su imagen como un referente familiar.
Sin embargo, la brillante fachada comenzó a resquebrajarse a partir de 2014. Una avalancha de acusaciones de abuso sexual, muchas con el patrón común de ser drogadas previamente, empezaron a salir a la luz pública. Entre las denunciantes se encontraban figuras como la modelo Janice Dickinson, quien declaró en Entertainment Tonight: “A la mañana siguiente desperté sin pijama y recordé que antes de quedar dopada ese hombre había abusado sexualmente de mí”. El número de acusaciones superó las 60, abarcando décadas de presuntos abusos.
En una declaración judicial de 2005, Cosby admitió haber adquirido y administrado Quaaludes, un potente sedante, a mujeres antes de tener relaciones sexuales con ellas. Esta confesión, obtenida por Associated Press, marcó un punto de inflexión en el caso. La reacción fue inmediata: Netflix canceló un especial, NBC un proyecto televisivo, y Disney retiró su estatua del parque temático Hollywood Studios. Su imperio se derrumbó.
Las reacciones en la industria fueron diversas. Algunos guardaron silencio, otros defendieron al actor, y algunos más condenaron sus actos. Phylicia Rashad, su compañera en The Cosby Show, inicialmente minimizó las acusaciones, pero luego intentó rectificar sus declaraciones. Malcolm-Jamal Warner y Keshia Knight Pulliam, otros miembros del elenco, adoptaron posturas ambiguas, expresando dolor por las víctimas pero evitando una condena directa a Cosby.
En 2018, Cosby fue condenado a prisión por agresión indecente agravada. Sin embargo, en 2021, la Corte Suprema de Pensilvania anuló la condena por un tecnicismo legal, generando una ola de reacciones, con algunos celebrando su liberación y otros denunciando una injusticia. La propia Rashad inicialmente celebró la liberación en redes sociales, para luego eliminar el mensaje y disculparse.
La Universidad de Howard, donde Rashad era decana, rechazó cualquier apoyo a Cosby y reafirmó su compromiso con las víctimas de agresión sexual. El caso, aún hoy, sigue generando un intenso debate.