Anel Noreña: La pérdida de su anillo, un mal presagio tras seis años sin José José

La figura de Anel Noreña, su exesposa durante 15 años, vuelve a ocupar un espacio en la memoria colectiva. Su relación con "El Príncipe de la Canción", finalizada en medio de una vorágine mediática, aún suscita interés. Pero esta vez, no son los detalles del divorcio los que dominan la conversación.
Fue el 28 de septiembre de 2019 cuando José José falleció a causa de un cáncer de páncreas. Dos años después, la designación de Anel Noreña como heredera universal de su legado desató una nueva polémica, esta vez con Sara Sosa, hija del cantante con su tercera esposa, Sara Salazar, quien estuvo a su lado en sus últimos momentos.
En una entrevista reciente, retomada por el programa "De primera mano", Anel Noreña sorprendió a todos con una revelación personal: la pérdida de su anillo de bodas. “Nadie nos debemos de quitar [el anillo], un día me lo quité y ya no me lo volví a poner, se me perdió o vete tú a saber qué cosa. Era una cadenita, la compramos en Italia, no tengo nada de él, más que su corazón”, confesó.
La joya, adquirida durante un viaje a Italia, representa más que un simple accesorio; simboliza una etapa fundamental en su vida. La pérdida, según Anel, la considera “un mal presagio”. Añadió que, actualmente, no conserva ningún otro objeto perteneciente al cantante.
Su historia de amor con José José, iniciada en 1973 tras un primer encuentro en 1970 durante el rodaje de la película “Tápame contigo”, fue una mezcla de pasión e intensidad. Fruto de su unión nacieron José Joel (1975) y Marysol (1982).
Sin embargo, la relación se vio marcada por las dificultades. Los problemas con el alcohol del artista y las declaraciones de José José en las que señalaba a Anel como una mujer “dominante y controladora”, agravaban una situación que finalmente condujo a su separación en 1987, formalizada en 1991 con un acuerdo económico que incluía una mansión, autos, y una manutención mensual de 10,000 dólares, según declaraciones del propio José José en 2006.
El pasado, con sus alegrías y sus sombras, continúa tejiendo la narrativa de una vida llena de contrastes, donde la música y el drama se entrelazan de manera inextricable.