Ángela Aguilar: Acusación de plagio por "Nadie se va como llegó"

Esta vez, la polémica gira en torno a Ángela Aguilar y su reciente sencillo, "Nadie se va como llegó". El estreno del video musical, acompañado de la eliminación de fotografías de su boda en Instagram – posteriormente aclarada como estrategia publicitaria –, ya había generado revuelo. A esto se sumaron rumores de celos por la cercanía de Christian Nodal, su esposo, con el influencer Kunno, incluso circulando un video manipulado con inteligencia artificial que simula un beso entre ambos. Nodal, por supuesto, desmintió rotundamente dichas imágenes.
Pero la controversia no termina ahí. En medio del torbellino mediático, una nueva acusación ha surgido: el presunto plagio de su canción. Numerosos internautas señalan una sorprendente similitud entre "Nadie se va como llegó" y "Tuya", un éxito de Jennifer Peña del año 2007.
Si bien ambas canciones tratan temas distintos – una sobre amor y la otra sobre una ruptura – la similitud rítmica es el punto de fricción. Comentarios como “No solo se roba el marido, también la música” o “La gente no sabe que el plagio no solo es la letra, también los acordes y el ritmo” inundan las redes. Hasta el momento, ni Ángela Aguilar ni su familia, ni Jennifer Peña se han pronunciado oficialmente sobre estas acusaciones.
Esta no es la primera vez que la joven cantante enfrenta acusaciones de plagio. Recuérdese la controversia con Adele meses atrás, en la que se le acusó de plagiar "Rolling in the deep" para su canción "Qué agonía". En esa ocasión, la familia Aguilar desmintió tajantemente la información, calificándola de invención.
Más allá del debate sobre el plagio, el éxito de "Nadie se va como llegó" también está bajo escrutinio. Con poco más de 4 millones de reproducciones en YouTube una semana después de su lanzamiento, algunos lo consideran un fracaso comparándolo con otros éxitos de la artista, incluso mencionando la superior cifra de reproducciones de “La otra” de Cazzu en su momento. A pesar de las críticas, Ángela Aguilar mantiene una postura optimista, celebrando el alcance de su canción.
La situación deja abierta una serie de interrogantes sobre la autoría musical, la presión mediática en el mundo del espectáculo y la siempre cambiante dinámica de las redes sociales en la formación de la opinión pública.