Todo comenzó cuando "Watch What Happens Live", el programa de Andy Cohen, le dio el micrófono a MGK para responder una pregunta incómoda: "Kyle P. quiere saber si tú y Sydney Sweeney eran algo más que amigos". La respuesta del artista, conocida por su estilo directo y sin filtros, fue tan contundente como críptica: "Kyle P. Cállate, viejo". La audiencia estalló en risas, pero la duda quedó flotando: ¿Era un no rotundo o una evasiva calculada?
Los detalles que alimentaron la especulación:
- El encuentro en Vegas: Durante la inauguración del Palm Tree Beach Club, Sweeney y MGK fueron captados en un momento cercano —abrazos, sonrisas cómplices y hasta una mano en el brazo— que rápidamente se interpretó como algo más que amistad.
- El contexto personal: La actriz de "Euphoria" acababa de terminar su compromiso con Jonathan Davino después de tres años, mientras que MGK arrastraba una relación tumultuosa con Megan Fox, con quien tiene una hija.
- La pista musical: En su álbum "Lost Americana", lanzado una semana antes, el cantante había abordado sin tapujos sus infidelidades y una estancia en rehabilitación, añadiendo capas de drama al asunto.
Lo que no se dijo —y lo que sí— generó más preguntas. Ni
MGK ni Sweeney desmintieron oficialmente los
rumores, pero la reacción del músico, aunque jocosa, dejó claro que el tema no merecía una explicación seria. Mientras, redes sociales ardían con teorías:
"Eso fue un sí disfrazado", escribió un usuario.
"Si no era cierto, ¿por qué no lo negó de frente?", cuestionó otro.
El episodio refuerza un patrón en la carrera de MGK: su habilidad para mantener relevancia con misterios calculados. Mientras, Sweeney, acostumbrada a los flashes pero no a los escándalos amorosos, sigue sin pronunciarse. La bola de nieve mediática, sin embargo, ya rodó demasiado lejos.
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