Activistas dan cariño a animales en el umbral del matadero

La Paz, Bolivia
Un grupo de activistas se reúnen en las puertas de los mataderos en Bolivia para pasar los últimos minutos de vida que les quedan a las vacas y toros para brindarles un poco de cariño en vida antes de ingresar a su destino fatal.
Tan solo con una mirada, un gesto de cariño o un abrazo al camión que transporta a los animales, los activistas de ‘The Save Movement’, pretenden transmitirles un poco de tranquilidad y afecto a estos seres vivos que minutos más tarde se enfrentarán a la muerte.
“Es el único gesto de amor que van a tener y que van a recibir en su vida ya que son animales que se les considera productos y no un ser que siente”, dijo a Nevenka Potocnik, una de las activistas que llegó de Argentina para realizar una serie de vigilias en mataderos de Bolivia.
También defienden el veganismo, no consumir productos de origen animal y promueven el activismo pacífico basado en el amor y el respeto a todos los seres vivos.
“La única diferencia entre un perro y una vaca es nuestra percepción ¿por qué amamos a unos y nos comemos a otros?”, cuestionó Potocnik.
Un puñado de activistas se reunieron en la puerta del matadero municipal de La Paz en espera de los camiones que trasladan a estos animales para dialogar con el conductor y que les permita, por unos minutos, acercarse al camión y despedirse de esos animales.
“El acercamiento es totalmente pacífico, nosotros hablamos con el camionero para pedirle dos minutos y contarle que queremos ver y despedirnos de los animales”, contó Maureen Lómez, organizadora regional de Argentina del movimiento.
En muchos casos en los camiones hay vacas, toros o terneras que se asoman a las maderas del camión cuando alguna de las activistas se acerca cautelosamente y solo intercambian miradas antes de que el transporte arranque y se cierren las puertas del matadero.
“Sé testigo, los vemos, los escuchamos, los sentimos”, expresa el cartel que sujetan las jóvenes que muestran las siluetas de animales como los cerdos, caballos, pollos, ovejas, conejos y gallinas.
Las activistas también visitan mataderos donde llegan cerdos y pollos para brindarles un poco de agua.
“Estamos acá para contar sus historias y que no sean invisibles ante la sociedad como probablemente lo sean si no estamos acá”, señaló Lómez.
Las jóvenes también toman fotografías y videos de las intervenciones para subirlas a las redes sociales del movimiento para que más personas se adhieran a la causa y que también tengan un acercamiento a esta realidad.