En el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) fue protagonista de un accidente brutal que cobró dos vidas y dejó a otros dos heridos. La escena, en el estacionamiento de FedEx, era desgarradora: dos autos destrozados, fragmentos de metal esparcidos por el suelo, y la angustia palpable de los primeros en llegar.
Las víctimas fatales, Bryan Bolaños de 19 años y Carlos Sicairos de 18, viajaban en uno de los vehículos que se precipitó desde la rampa de salida de la calle Nash de la autopista 105 en dirección oeste. El impacto, según los informes de la Patrulla de Caminos de California (CHP), fue tan violento que el vehículo quedó completamente destrozado.
El otro automóvil, que esperaba en el estacionamiento, se vio sorprendido por el impacto sin posibilidad de reacción. El vehículo que se precipitó, con al menos tres personas a bordo, salió disparado como una bala, perdiendo el control en la rampa de salida de la autopista.
Los investigadores trabajan incansablemente para determinar qué provocó la terrible tragedia.
El sonido del choque resonó en la madrugada, alertando a los empleados del almacén de FedEx, quienes acudieron a la escena y se encontraron con un escenario aterrador. Los servicios de emergencia llegaron con rapidez, pero a pesar de sus esfuerzos, nada se pudo hacer por salvar la vida de Bolaños y Sicairos. Los otros dos ocupantes del vehículo se encuentran hospitalizados con lesiones graves.