La madrugada del sábado, un incidente violento irrumpió en Chicago. A eso de las 2:58 am, la vida de un hombre de 42 años se vio amenazada mientras salía de un popular restaurante abierto las 24 horas en el 1100 de South Canal Street. Un desconocido, sin mediar palabra, desenfundó un arma y disparó en múltiples ocasiones, hiriendo al hombre de gravedad.
La víctima, afortunadamente, logró ser trasladada a un hospital cercano, donde se reporta en condición estable. Mientras la escena del crimen permanecía acordonada por la cinta amarilla de la policía, el rumor de lo ocurrido se propagó como la pólvora. La noticia de que algunos asistentes a la Convención Nacional Demócrata (DNC) estaban presentes en el restaurante al momento del ataque conmocionó a la ciudad.
El restaurante, ubicado a unas dos millas de McCormick Place, uno de los dos recintos que albergaron los eventos de la DNC en Chicago, se convirtió en el escenario de un acto de violencia que, según los testigos, generó pánico y confusión.
De repente escuchamos disparos, muy cerca - comentó Javier Mabrey, un testigo y asistente a la DNC."Esta es la realidad a la que se enfrentan las personas en todo el país", agregó Mabrey, miembro de la Asamblea General de Colorado, mientras lucía un botón de "Libertad de la violencia armada" en su chaqueta. "No es solo un problema de Chicago. También es un problema de Colorado, de Nebraska, de Washington, de Oregon. Es un problema estadounidense. Es un problema exclusivamente estadounidense".
La policía aún no ha logrado identificar al agresor y se encuentran investigando el caso, mientras que los asistentes a la DNC, en medio de la conmoción, se cuestionan la seguridad de la ciudad. La historia del ataque, que irrumpió en la agenda política de la ciudad, deja una mancha de inseguridad en la capital de Illinois.