En tan solo veinte días, el destino les ha arrebatado a tres pilares fundamentales de su familia: Carlos Goyanes, el patriarca, su hermano Tino y su hija mayor, Caritina.
El pasado 7 de agosto, la familia Goyanes se enfrentó a la partida de Carlos Goyanes, a los 79 años, en su casa de Marbella. Su muerte, inesperada para todos, dejó a su esposa e hijas sumidas en la tristeza. La vitalidad y el cariño del productor llenaban su hogar, y su ausencia dejó un vacío inmenso.
Menos de veinte días después, se produjo otra pérdida, esta vez en la más estricta intimidad. El hermano de Carlos Goyanes, Tino, falleció también en Marbella. La familia decidió guardar este dolor en silencio, sin compartirlo con el público.
Pero el destino tenía una última sorpresa: el 26 de agosto, Caritina Goyanes, hija mayor de Cari y Carlos, falleció a causa de un infarto en su casa de Marbella. Pese a ser trasladada al hospital, nada pudo hacerse por salvar su vida.
Caritina Goyanes, conocida por su dedicación al mundo de la hostelería y su empresa de catering, dejaba un vacío irreparable en el corazón de sus seres queridos. La noticia conmocionó a la familia, que apenas podía procesar la magnitud de la pérdida.
En solo veinte días, la familia Goyanes Lapique ha experimentado tres pérdidas que han dejado una huella profunda. La muerte de Carlos, la pérdida silenciosa de su hermano, y la trágica partida de Caritina, han dejado un silencio ensordecedor en sus vidas.