La sucursal del U.S. Bank en Niles, Chicago, se vio interrumpido a las 9:10 de la mañana del miércoles por el sonido de un arma. Un hombre hispano, con un rostro oculto por una máscara de tipo COVID y una mochila a sus espaldas, irrumpió en el banco, apuntando con lo que parecía ser una pistola semiautomática a los empleados y exigiendo dinero.
El robo, que duró unos minutos, se convirtió en un caos controlado. Las autoridades, con la rapidez y profesionalidad que caracteriza a la Policía de Niles, llegaron al lugar de los hechos, mientras que las escuelas del área se convertían en fortines, cerrando sus puertas en un intento por proteger a los estudiantes.
El hombre, tras obtener una cantidad indeterminada de dinero, abandonó el banco sin dejar rastro, dejando atrás un silencio aún más ensordecedor que el que había precedido al robo. La investigación del FBI continúa, con la esperanza de encontrar respuestas sobre lo ocurrido y personas que conforman el escenario de este atraco.
Aunque no hubo victimas, ni heridos involucrados en el ataque, dentro de la comunidad se esparció la noticia, misma que conmocionó a los habitantes. Esperan que la seguridad y el departamento de policías contengan con mayor seguridad estos casos particulares donde el crimen amenaza la región.