Según funcionarios estadounidenses, la aeronave, un Dassault Falcon 900EX con un valor estimado de US$ 13 millones, fue confiscada porque su adquisición violó las sanciones estadounidenses y se encontró involucrada en actividades criminales.
La incautación del avión, que ha sido fotografiado en viajes presidenciales de Maduro alrededor del mundo, se considera un paso significativo en la larga disputa entre Washington y el gobierno venezolano. Un funcionario estadounidense declaró que la acción "envía un mensaje a la cúpula", afirmando que "nadie está por encima de la ley, nadie está fuera del alcance de las sanciones estadounidenses".
La situación en Venezuela ha provocado una crisis humanitaria, con millones de personas huyendo del país y buscando refugio en otras naciones, incluyendo Estados Unidos. El gobierno estadounidense ha intensificado sus esfuerzos para frenar el flujo de recursos hacia el régimen venezolano, incautando diversos bienes, incluyendo vehículos de lujo y caballos de pura sangre.
La incautación del avión de Maduro es un nuevo capítulo en la lucha contra la corrupción y las prácticas ilegales del gobierno venezolano. El avión fue trasladado a Florida, donde se buscará su confiscación definitiva. El gobierno venezolano tiene la oportunidad de solicitar la devolución de la aeronave, pero las posibilidades de éxito son escasas.
A pesar de las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense, el presidente Maduro ha mantenido su control sobre el país, pero la presión internacional continúa aumentando.