Kimberlee Singler, de 36 años, fue arrestada en Londres el pasado 30 de diciembre, días después de que los cuerpos de sus hijos, de 7 y 9 años, fueran encontrados sin vida en su casa en Colorado Springs. La tragedia, que ha conmocionado a la comunidad local, ha desencadenado una batalla legal en la que Singler se resiste a ser extraditada, argumentando que la sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional que enfrenta en Estados Unidos viola las leyes europeas de derechos humanos.
Los detalles del caso, revelados en el Tribunal de Magistrados de Westminster, son escalofriantes. Según la fiscalía, Singler habría drogado a sus hijos antes de dispararles y apuñalarlos. El sobreviviente, un niño de 11 años, relató a la policía que Singler le había dicho que cerrara los ojos antes de atacar a sus hermanos. El niño inicialmente dijo que un hombre desconocido había irrumpido en su hogar, pero luego reveló a una tutora temporal que su madre era la responsable.
La defensa de Singler argumenta que ella niega los cargos y que es inocente. Su abogado, Edward Fitzgerald KC, quien también representó a Julian Assange en su caso de extradición, sostiene que sería ilegal extraditar a alguien que enfrenta cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, sin considerar ningún factor atenuante. "Para nosotros es totalmente extraño… decir 'te condenaría a cadena perpetua sin libertad condicional' simplemente por la categoría del delito, sin tener en cuenta ninguna de las circunstancias de la persona", afirmó Fitzgerald.
Mientras que la fiscalía estadounidense argumenta que la extradición es justa y que la posibilidad de clemencia en Estados Unidos es suficiente, la defensa se aferra a la idea de que una sentencia tan severa sin posibilidad de rehabilitación, violaría los derechos humanos de Singler. El caso se espera que dure tres días y promete ser un conflicto legal de alto perfil que pondrá a prueba los límites de la cooperación internacional en asuntos penales.