La noticia se propagó rápidamente entre la comunidad estudiantil, generando inquietud y confusión. La mujer, que aún no ha sido identificada, fue vista cerca del edificio Nenetta Burton Carter, ubicado en la esquina de Binkley Street y Avenida D. Su apariencia, con la cabeza parcialmente afeitada y pantalones de camuflaje, despertó sospechas y la convirtió en una "persona de interés" para las autoridades.
La orden de "refugio" se emitió poco antes de las 2:30 p.m., pidiendo a estudiantes, profesores y personal que permanecieran en sus aulas con las puertas cerradas. La universidad activó el protocolo de seguridad, restringiendo el movimiento por pasillos, patios, baños y espacios públicos dentro del campus.
"Aún existe una orden de 'refugio'", decía la publicación de la universidad a las 3:30 p.m. "Por favor, permanezcan dentro y mantengan las puertas cerradas. Habrá más información disponible una vez que se nos dé el visto bueno".
Afortunadamente, la situación se resolvió sin incidentes. La policía de Fort Worth detuvo a la sospechosa a las 3:48 p.m., después de una exhaustiva investigación. Se determinó que no había ningún arma de fuego involucrada en la situación. La universidad reabrió sus puertas poco después, liberando a la comunidad del campus del estado de "refugio".