La Junta de Libertad Condicional de Texas rechazó el miércoles la solicitud de clemencia para Robert Roberson, condenado a muerte por el asesinato de su hija de 2 años en 2002. Esta decisión mantiene en pie la ejecución de Roberson, programada para hoy jueves, la cual podría convertirse en la primera en Estados Unidos relacionada con el diagnóstico del Síndrome del Bebé Sacudido.
La junta, compuesta por seis miembros designados por el gobernador Greg Abbott, votó por unanimidad en contra de conmutar la sentencia de muerte de Roberson a cadena perpetua o de retrasar su ejecución. Esta decisión supone un revés para los esfuerzos de los abogados de Roberson y de una coalición de individuos y grupos que buscaban detener la ejecución.
Roberson, que ha mantenido su inocencia durante años, ha recibido el apoyo de diversos sectores, incluyendo legisladores republicanos y un detective que alegan que la condena se basó en ciencia defectuosa. Su caso ha generado un debate sobre la validez del diagnóstico del Síndrome del Bebé Sacudido, ya que sus abogados argumentan que la condena se basó en pruebas científicas erróneas y obsoletas.
Los abogados de Roberson afirman que su cliente fue condenado injustamente luego de llevar a su hija al hospital. Alegan que la niña, que padecía una enfermedad crónica, murió por complicaciones relacionadas con una neumonía grave y no por abuso.
La ejecución de Roberson se ha convertido en un caso emblemático que reaviva la discusión sobre la fiabilidad de las pruebas científicas en casos de abuso infantil. Mientras el estado se prepara para llevar a cabo la ejecución, el debate sobre la culpabilidad de Roberson y la validez del diagnóstico del Síndrome del Bebé Sacudido continúa.