Su ejecución, programada para esa misma noche, fue suspendida a última hora por la Corte Suprema de Texas. La decisión llegó después de un intercambio de maniobras legales entre el estado y los abogados de Roberson, que lucharon por su destino hasta el último momento.
El caso de Roberson ha sido objeto de controversia debido a la acusación de "síndrome del bebé sacudido", un diagnóstico que sus abogados argumentan que ha sido desacreditado. La condena de Roberson se basó en la presunción de que su hija, Nikki Curtis, murió por este síndrome. Sin embargo, sus abogados han presentado pruebas que sugieren que Nikki pudo haber muerto por otras causas, como una enfermedad y medicamentos inadecuados para un niño tan delicado.
Las dudas sobre la validez del diagnóstico de "síndrome del bebé sacudido" han sido respaldadas por un grupo de legisladores texanos, quienes emitieron una citación a Roberson para que declarara ante ellos la semana pasada. La citación, que buscaba investigar la validez de la condena, fue un factor crucial en la suspensión de la ejecución. Roberson, que ha pasado 20 años en solitario en una celda pequeña, tiene la esperanza de que su experiencia pueda ayudar a mejorar la integridad del sistema legal penal.
La decisión de la Corte Suprema de Texas fue una victoria para los defensores de Roberson, quienes argumentan que él es inocente. El caso ha generado un debate sobre la validez del "síndrome del bebé sacudido" y los riesgos de la pena de muerte. Mientras que la Academia Americana de Pediatría acepta el síndrome como un diagnóstico válido, varios casos en Estados Unidos han llevado a la exoneración de personas condenadas por este diagnóstico.
El futuro de Roberson aún es incierto, pero la suspensión de su ejecución le brinda la oportunidad de testificar ante los legisladores y presentar pruebas que apoyen su inocencia. La decisión de la Corte Suprema mantiene viva la esperanza de que la verdad salga a la luz y se haga justicia en este complejo caso.