El fuego, que se extendió con rapidez debido a los fuertes vientos, amenazaba con consumir todo a su paso. Alrededor de la 1:30 a.m., el Departamento de Bomberos y Rescate de Dallas recibió la alerta. Al llegar al lugar, en 1738 Empire Central, encontraron múltiples paletas de madera en llamas, el incendio ya se encontraba en una etapa avanzada. Las llamas eran tan intensas que se podían ver a kilómetros de distancia.
El fuego se extendió rápidamente a los edificios circundantes, lo que obligó a los bomberos a declarar una alarma de tres niveles. Se movilizaron entre 60 y 70 bomberos para combatir las llamas, pero la batalla fue intensa. Afortunadamente, no se reportaron heridos.
Sin embargo, el incendio dejó un rastro de destrucción: seis edificios comerciales y una estación de transferencia quedaron dañados, y cientos de personas se quedaron sin electricidad. Oncor, la compañía eléctrica, tuvo que cortar la energía intencionalmente para proteger a los bomberos, afectando a más de 1400 personas en su punto máximo.
El fuego finalmente se contuvo en un área al sur del Brook Hollow Golf Club, pero los equipos de bomberos trabajaron durante horas para apagar los últimos rescoldos. Las operaciones en el Aeropuerto Love Field no se vieron afectadas por el incendio.
Las autoridades aún investigan la causa del incendio, pero lo que queda claro es que la magnitud del fuego y la velocidad con la que se propagó, convierten a este evento en un recordatorio de la vulnerabilidad de las estructuras ante la fuerza de la naturaleza.