El centro de Orlando se vistió de terror, pero no el de las calabazas y los fantasmas. La noche de Halloween, mientras miles de personas celebraban en las calles, una tragedia inesperada oscureció la fiesta. Un tiroteo, con un saldo aún más macabro de lo que cualquiera hubiera imaginado, sacudió la ciudad.
En medio de la euforia, el sonido de los disparos rompió la música y las risas. Un caos repentino se apoderó de la multitud. La policía, presente en el lugar por seguridad, reaccionó con rapidez. Sin embargo, el horror no terminó ahí. Tras un breve momento de silencio, una nueva ráfaga de disparos obligó a los oficiales a actuar.
El horror se tradujo en dos vidas perdidas. Dos personas murieron a causa de las heridas de bala, mientras que seis más resultaron heridas, aunque se encuentran estables tras ser hospitalizadas. La tragedia tuvo lugar alrededor de la 1 de la mañana, hora local. Un joven de 17 años fue detenido como el presunto responsable del tiroteo. El arma fue recuperada en la escena del crimen.
La policía investiga los motivos detrás del ataque. "Cualquiera que fuera su idea, iba a disparar pase lo que pase", señaló el jefe de la policía de Orlando, Eric Smith. La investigación continúa mientras la ciudad intenta recuperar la calma tras la noche de Halloween que se tiñó de tragedia.