La última batalla electoral en Estados Unidos dejó una huella digital profunda, llena de emociones intensas y un discurso polarizante. Un análisis exhaustivo de las conversaciones digitales durante la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump revela un panorama complejo y, en algunos aspectos, desolador.
Más allá de las encuestas tradicionales, el análisis de MilenIA, una plataforma de inteligencia artificial, permitió descifrar el pulso digital de la elección. Los resultados arrojan un escenario de odio y desconfianza, donde la mayoría de los usuarios de redes sociales se volcaron a expresiones negativas hacia los candidatos.
El estudio revela que siete de cada diez estadounidenses participaron en alguna forma de discurso de odio contra un candidato, en plataformas como Facebook, Instagram, X, TikTok y YouTube. La confrontación digital se extendió a través de todo el espectro de redes sociales, pero X, bajo la dirección de Elon Musk, se convirtió en un caldo de cultivo para la polarización, donde la desinformación y las teorías conspirativas encontraron un terreno fértil.
En el corazón de esta ola de odio, la figura de Kamala Harris se convirtió en blanco de ataques, con un 70% de las conversaciones digitales reflejando sentimientos negativos hacia la candidata demócrata. Estos ataques se centraron en su origen, sus políticas y su visión de Estados Unidos, con mensajes que la tacharon de "socialista", "comunista" y "asesina de bebés".
Donald Trump, por su parte, no se libró de la crítica, con un 68% de los comentarios digitales expresando sentimientos negativos hacia el republicano. Sin embargo, el análisis de MilenIA señala que la influencia de Elon Musk en X favoreció a Trump, con dos mil millones de conversaciones sobre él frente a mil millones sobre Harris.
El impacto de esta polarización digital se extiende más allá de las elecciones. Las discusiones sobre temas sensibles como la inmigración y el aborto reflejan la profunda división que se vive en Estados Unidos, con una marcada tendencia a la intolerancia y la falta de diálogo constructivo.