El protagonista de este episodio es Marcus Evans, un hombre de 31 años que se convirtió en el centro de un incidente que ha generado controversia y debate. El pasado 24 de octubre, mientras Evans se encontraba en su hogar, la policía llegó para investigar una presunta amenaza con arma de fuego. Lo que ocurrió después, registrado por el medio SIDEO.TV, dejó al descubierto un uso cuestionable de la fuerza por parte de las autoridades.
En el video, se observa cómo Evans sale de su casa con las manos levantadas, vistiendo solo shorts de basquetbol, una señal clara de que no representaba una amenaza. Sin embargo, la situación se intensificó rápidamente cuando Evans fue impactado con una ronda de balas de goma, provocando su caída al suelo. Mientras se encontraba en el piso, recibió dos impactos más de balas de goma y fue atacado dos veces por un perro policía, mientras gritaba de dolor.
"No se puede usar la fuerza si la única resistencia es pasiva", declaró Dante Pride, abogado de Evans, durante una conferencia de prensa. Pride insiste en que su cliente se encontraba desarmado y no representaba una amenaza para los oficiales.
Evans fue trasladado a un hospital para recibir atención médica por sus heridas, pero no fue arrestado. A pesar de esto, la investigación criminal contra él fue remitida a la oficina del fiscal de la ciudad para una posible acusación.
En respuesta a los hechos, el abogado de Evans ha presentado una demanda contra la ciudad de San Diego, buscando una compensación económica significativa por las lesiones de su cliente. La demanda también busca una medida cautelar para evitar que los perros policía sean utilizados contra personas que se encuentran en el suelo.
La familia de Evans, visiblemente afectada por la situación, busca respuestas y justicia por lo sucedido. El caso ha generado un debate sobre el uso de la fuerza por parte de la policía y ha puesto en tela de juicio la seguridad de los ciudadanos durante las intervenciones de las autoridades.