El 20 de noviembre se conmemora un día de gran relevancia para la comunidad transgénero, un momento para reflexionar sobre las vidas perdidas a causa de la violencia. Este evento, conocido como el Día Internacional de la Memoria Transgénero, se originó en 1999 en honor a Rita Hester, una mujer trans asesinada en Massachusetts. La fecha no solo marca un homenaje, sino que también cierra la Semana de Concientización sobre las Personas Transgénero, un periodo dedicado a aumentar la visibilidad y comprensión de los desafíos que enfrenta esta comunidad.
Según la Campaña de Derechos Humanos, al menos 36 personas transgénero han sido asesinadas en el último año debido a la violencia. Este informe anual destaca la alarmante realidad de que las personas trans tienen cuatro veces más probabilidades de ser víctimas de agresiones en comparación con otros grupos. En Estados Unidos, se estima que hay más de un millón y medio de personas transgénero de 13 años o más, lo que subraya la importancia de abordar estos problemas de manera urgente.
Las conmemoraciones de este día incluyen vigilias con velas y actos que buscan recordar a las víctimas. En el último informe, se reveló que desde 2013, se han documentado 372 muertes de personas trans y de género expansivo, aunque se sospecha que el número real podría ser mayor debido a la falta de denuncias o a la incorrecta asignación de género en los reportes. Este año, se observó un ligero aumento en el número de víctimas en comparación con el anterior, donde se registraron 33 muertes.
Un dato preocupante es que muchas de las víctimas eran jóvenes o personas de color, con un notable porcentaje de mujeres transgénero negras representando la mitad de los casos identificados. La víctima más joven, Pauly Likens, tenía apenas 14 años y era de Pensilvania. Además, se reportó que dos tercios de las muertes fueron causadas por armas de fuego, y un tercio de las víctimas con un asesino conocido fueron atacadas por alguien cercano, como un amigo o familiar.
Este año, la conmemoración se da en un contexto político complicado, donde las recientes elecciones han traído consigo un retroceso en los derechos de las personas trans. La legislación en varios estados ha restringido el acceso a atención médica que reafirme el género, especialmente para los jóvenes. La situación se torna aún más crítica con la próxima audiencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre la prohibición de Tennessee, lo que genera preocupación entre los defensores de los derechos trans sobre la creación de un entorno menos seguro y el potencial aumento de la violencia.