El jefe de policía de Madison, Shon Barnes, confirmó la identidad de la joven de 15 años responsable del tiroteo. Se sabe que la menor, Natalie ‘Samantha’ Rupnow, perdió la vida tras el incidente a causa de una herida autoinfligida. Dos estudiantes resultaron con heridas de gravedad, mientras que otros tres y un maestro sufrieron lesiones menores.
La investigación policial, en colaboración con la familia de Rupnow, ha revelado detalles perturbadores. "Se han encontrado fotografías y publicaciones online que sugieren una obsesión con otros tiroteos escolares", declaró un portavoz de la policía. Estas imágenes muestran a la joven con una camiseta de la banda alemana KMFDM, conocida por su nombre que significa "Sin piedad para la mayoría", un detalle que ha generado especulaciones sobre posibles influencias.
Una fotografía, publicada previamente en la página de Facebook de su padre, muestra a Rupnow apuntando con un rifle en un campo de tiro, vistiendo precisamente esa camiseta de KMFDM. Esta imagen, ahora escalofriante a la luz de los hechos, resalta la inquietante similitud con imágenes de Eric Harris, uno de los perpetradores de la masacre de Columbine, quien también usaba prendas de la misma banda. La coincidencia es llamativa y forma parte de la investigación.
Además, una cuenta en la plataforma X, presuntamente perteneciente a Rupnow, publicó un gesto de "OK" minutos antes del tiroteo. Este símbolo, según la Liga Antidifamación, ha sido utilizado por otros atacantes escolares, aumentando la preocupación sobre posibles conexiones o ideologías compartidas.
El arma utilizada, una pistola, fue recuperada en la escena del crimen. Las autoridades continúan investigando los motivos del ataque, un evento extremadamente raro dado que los tiroteos escolares perpetrados por mujeres son inusuales en Estados Unidos.
La tragedia ha reavivado el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, un tema complejo y profundamente arraigado en la sociedad norteamericana. Mientras las investigaciones continúan, la comunidad de Madison enfrenta el dolor y la incertidumbre de un suceso que ha dejado una marca imborrable.