La incertidumbre reina, impulsando cambios inesperados en hábitos y preferencias. En medio de este torbellino, Duolingo, la popular aplicación de aprendizaje de idiomas, ha reportado un dato sorprendente: un incremento del 216% en el número de usuarios estadounidenses aprendiendo mandarín en comparación con el mismo periodo del año pasado. Este aumento, según la compañía, se concentra en los últimos dos días, coincidiendo con la inminente prohibición de TikTok en Estados Unidos, prevista para el 19 de enero, a menos que el Tribunal Supremo intervenga.
"Learning Mandarin out of spite? You're not alone," tuiteó Duolingo, reflejando el sentimiento de muchos usuarios. La migración masiva a Xiaohongshu, conocida como el "Instagram chino", es clave en este fenómeno. Esta plataforma, diseñada originalmente para usuarios chinos, ha experimentado un auge en descargas tras la posible salida de TikTok del mercado estadounidense, atrayendo a más de 700 millones de usuarios estadounidenses, muchos de los cuales se autodenominan "refugiados de TikTok".
Un video de Duolingo con frases básicas en mandarín acumuló más de 620,000 "me gusta", mientras que otro, con un tono más humorístico, incentivaba el aprendizaje del idioma ante una posible mudanza a China. Este interés repentino no solo refleja la búsqueda de nuevas plataformas, sino también una reacción ante la incertidumbre política y la necesidad de adaptarse a un nuevo entorno digital.
La ley que prohíbe el uso de TikTok, aprobada en 2024, exige la desvinculación de ByteDance, su matriz china, y justifica la medida como protección para la seguridad nacional. El uso de TikTok sólo será posible mediante el uso de una VPN. La decisión del Tribunal Supremo sobre la constitucionalidad de esta ley es inminente, generando aún más incertidumbre entre los usuarios. Mientras tanto, el aprendizaje del mandarín, impulsado por la coyuntura, sigue en ascenso.
Curiosamente, muchos de los usuarios estadounidenses que han migrado a Xiaohongshu no parecen mostrar preocupación por el manejo de sus datos personales por parte de compañías chinas; un argumento central en la prohibición de TikTok por parte de Washington. Este aspecto añade una capa de complejidad a un escenario ya de por sí dinámico y en constante evolución.