El centro de la controversia radica en una reciente orden ejecutiva firmada por Donald Trump. Bajo el título "Defender a las mujeres del extremismo ideológico de género y restaurar la verdad biológica en el gobierno federal", esta orden, según fuentes internas del Departamento de Estado, establece un cambio radical en la política de emisión de pasaportes.
El secretario de Estado, Marco Rubio, comunicó a través de un correo interno —al cual tuvo acceso The Guardian— la suspensión inmediata de las solicitudes de pasaportes con el marcador de género "X", opción implementada en 2022 durante la administración Biden. Según el comunicado, "la política de los Estados Unidos es que el sexo de una persona no es modificable". Esto significa que los pasaportes con la “X” seguirán siendo válidos, pero su renovación, según Rubio, tendrá nuevas directrices que se anunciarán próximamente.
Esta decisión revierte la política de inclusión que permitía a las personas transgénero y no binarias elegir la opción "X" como marcador de género. Se estima que un número considerable de estadounidenses optaron por esta opción desde su implementación en 2022. La orden ejecutiva de Trump obliga a que todas las identificaciones gubernamentales se basen en la "clasificación biológica inmutable" de hombre o mujer.
La comunidad LGBTQ+ y organizaciones defensoras de los derechos humanos han expresado su preocupación ante esta decisión. Se anticipan desafíos legales, argumentando que la nueva política podría violar derechos constitucionales al discriminar por identidad de género. El impacto de esta medida trasciende el ámbito de los pasaportes; es una señal clara de la postura de la administración Trump en materia de políticas de género.
El impacto inmediato afecta a la renovación de pasaportes, creando una situación de incertidumbre para quienes ya poseen un pasaporte con la “X”. Se espera una mayor claridad por parte del Departamento de Estado, mientras tanto las organizaciones pertinentes se preparan para las acciones legales correspondientes.
Además de la incertidumbre sobre la renovación de pasaportes, el cambio implica una redefinición del género en los documentos oficiales, con una visión que prioriza la designación biológica. Esta decisión ha sido recibida con reacciones diversas, generando un debate complejo con ramificaciones de largo alcance en la sociedad estadounidense.