El 13 de mayo de 2023, en el Camp Cohen Water Park, durante su apertura preliminar, la vida de Anthony Malave, de tres años, se apagó. Su muerte, ocurrida en una de las piscinas, desencadenó una investigación que ha puesto en el centro de la polémica a su madre, Jessica Weaver, de 35 años.
De acuerdo con la acusación, Weaver se encontraba utilizando su teléfono móvil, aparentemente sin prestar atención a su hijo, cuando ocurrió el trágico incidente. Los detalles, según testimonios recogidos por la policía y documentos judiciales, son desgarradores. Se alega que Weaver:
- No proporcionó la supervisión adecuada a su hijo.
- No le colocó un chaleco salvavidas.
- No entró al agua con él ni lo mantuvo a la vista, incumpliendo las reglas del parque para niños menores de seis años.
- No administró reanimación cardiopulmonar (RCP) después del incidente.
- Permitió que el niño entrara al agua poco después de comer.
Pero la historia no termina ahí. Un mes después de la tragedia, en junio de 2023, Weaver presentó una demanda civil contra la Ciudad de El Paso y la empresa que opera el parque acuático, alegando negligencia y muerte por responsabilidad civil. La demanda señala una presunta falta de personal y capacitación inadecuada de los salvavidas. Añade que las grabaciones de seguridad del parque fueron destruidas, obstaculizando, según Weaver, la investigación.
Su abogado, Ryan MacLeod, afirma que la acusación contra Weaver es una represalia política por la demanda civil. “Después de que la señora Weaver demandó a la Ciudad de El Paso, comenzó una serie de tácticas en su contra. Es un proceso político y triste,” declaró MacLeod a People.
Weaver fue arrestada en septiembre de 2023 bajo cargos de lesiones a un menor que causaron daño corporal grave, un delito que podría llevarla a prisión. El caso, tanto penal como civil, permanece abierto. Nuevas pruebas y testimonios se esperan en las próximas semanas, prometiendo un futuro incierto para todas las partes involucradas.