El impactante origen secreto de San Valentín
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Resulta que todo comenzó con San Valentín de Roma, un personaje que vivió durante el reinado de Claudio II, entre el 268 y el 270 d.C. Hablamos del Imperio Romano, un imperio gigantesco, en ese contexto, el cristianismo estaba vetado. Pero este San Valentín, un cristiano convencido, hacía algo muy singular: casaba en secreto a soldados con sus parejas, ¡dentro de las mismas cárceles imperiales! Totalmente en la clandestinidad.
Claro, la actividad de San Valentín llegó a oídos de Claudio II. Las fuentes históricas no coinciden en la reacción del emperador. Algunos dicen que solo quería un escarmiento, expulsarlo. Otros aseguran que la presión de la corte lo llevó a una decisión mucho más drástica: su decapitación. Un final… bastante contundente, ¿no?
Y aquí es donde la cosa se pone más interesante. Se cuenta que antes de su ejecución, mientras estaba preso, San Valentín conoció a la hija ciega de un juez. La leyenda afirma que, antes de morir, le regaló un papelito con la frase: "Tu Valentín". La joven, al leerlo, ¡recuperó la vista! Aunque muchos historiadores cuestionan esta parte de la historia, le da un toque mágico, ¿verdad?
La Iglesia Católica, más tarde, utilizó la historia de San Valentín para sustituir las Lupercales, unas fiestas paganas con sacrificios animales. Así, el 14 de febrero, en el calendario gregoriano, se convirtió en el día de San Valentín. La fecha se expandió por todo el Imperio Romano y, aunque en 1969 se eliminó su celebración del calendario litúrgico, la tradición perdura. La intención inicial de la iglesia era vincular la fecha a la felicidad y al amor, aunque con el tiempo se asoció más a la fertilidad.
Hoy, la celebración ha trascendido por completo el contexto religioso. Se celebra el amor en todas sus formas: parejas, amigos, familiares… el 14 de febrero es un día para celebrar el afecto.
Algunos datos curiosos para terminar: