Panamá se convierte en punto de tránsito para migrantes asiáticos deportados desde Estados Unidos
![like image](/assets/like.webp)
El giro inesperado llegó con la llegada de más de un centenar de migrantes de diversas naciones asiáticas –incluyendo Irán, China, Afganistán, Vietnam e India– deportados desde Estados Unidos a la capital panameña. Esta operación, orquestada por la Administración Trump, convierte a Panamá en un punto de tránsito, un "puente" para la repatriación de estas personas. El presidente panameño, José Raúl Mulino, confirmó la llegada de dos vuelos adicionales, sumando un total de 360 deportados.
Estos migrantes, según declaraciones del vicecanciller panameño, Carlos Ruiz Hernández, “son familias, son migrantes ilegales que fueron capturados en la frontera de Estados Unidos”, descartando que se trate de criminales condenados. Se espera que sean trasladados a un albergue en la provincia del Darién para su posterior repatriación desde la pista aérea de Metetí. Los costos asociados a su traslado y estadía en Panamá correrán a cargo de Estados Unidos. El vuelo inicial incluyó 82 hombres y 37 mujeres, sin precisar si hay menores de edad.
La premura por parte del Gobierno de Trump para iniciar esta operación es notable, según Ruiz Hernández. Mientras se acondicionan las instalaciones en Darién, los migrantes se encuentran alojados temporalmente en un hotel de la capital panameña. “La opción que teníamos era colocarlos en un hotel de la localidad en lo que se preparan las instalaciones”, explicó el vicecanciller.
Esta iniciativa se produce apenas dos semanas después de la visita del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a Panamá. Dicha visita, marcada por las tensas declaraciones de Trump sobre el Canal de Panamá, culminó con acuerdos de cooperación migratoria. Entre los acuerdos alcanzados, destaca la decisión de Panamá de no renovar el acuerdo con China en el marco de la Ruta de la Seda. Sin embargo, la tensión entre ambos países persiste, especialmente en temas relacionados con el uso del Canal de Panamá por parte de embarcaciones militares estadounidenses.
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha intensificado la presión sobre países vecinos para abordar la migración irregular. Tanto El Salvador como Guatemala también han suscrito acuerdos similares con Estados Unidos, incrementando el número de deportaciones y, en el caso de El Salvador, ofreciendo incluso el uso de su megacárcel para albergar a criminales convictos de cualquier nacionalidad.