Informe destaca la participación de inmigrantes indocumentados en empresas de Elon Musk
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Un reciente reportaje de Bloomberg Businessweek ha arrojado luz sobre la participación de trabajadores migrantes indocumentados en la construcción de las instalaciones de Tesla y SpaceX en Austin. El informe, basado en entrevistas con 10 trabajadores – quienes hablaron bajo anonimato por razones de seguridad – revela una realidad sorprendente, que contrasta con la imagen pública de Elon Musk y sus posturas políticas.
Entre los testimonios recogidos, destaca el de Cristy, una mujer de 55 años proveniente de Honduras. Llegada a Estados Unidos a finales de 2021, Cristy trabajó para un subcontratista de Tesla, jornadas extenuantes de hasta 30,000 pasos diarios en condiciones de calor extremo (casi 37°C), ganando $16 por hora. "A veces, bajas la cabeza y toleras situaciones que no deberías tolerar," confesó Cristy, describiendo la presión para minimizar los descansos. Su experiencia la llevó a presentar denuncias ante la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA).
Estos testimonios no son aislados. El reportaje de Bloomberg documenta la presencia constante de trabajadores indocumentados en las compañías de Musk desde al menos 2020, periodo que abarca la construcción de la Gigafábrica de Tesla y una instalación de SpaceX. Esta situación persiste incluso en 2024, año en que Musk se convirtió en un aliado cercano del presidente Trump, quien ha prometido una gran deportación masiva.
La investigación de Bloomberg pone de manifiesto un dato relevante: en 2022, más de 507,700 inmigrantes trabajaron en la construcción en Estados Unidos, representando el 40% de la fuerza laboral del sector. De ellos, aproximadamente 295,400 eran indocumentados, el 23.3% del total. Esta realidad plantea interrogantes sobre las prácticas laborales en la industria de la construcción y la responsabilidad social de las grandes empresas.
La ironía radica en la posición pública de Musk, un inmigrante sudafricano nacionalizado estadounidense en 2002, y su cercana relación con una administración que promueve políticas restrictivas hacia la inmigración. El contraste entre sus acciones y sus declaraciones genera un debate sobre la ética empresarial y el impacto de las políticas migratorias en el mercado laboral estadounidense.