Eric Adamas niega nuevamente cargos de corrupción mientras el caso de 'quid pro quo' se intensifica
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El centro de la controversia: el alcalde de Nueva York, Eric Adams, y una moción del Departamento de Justicia para desestimar los cargos de corrupción que pesan sobre él. Una decisión que ha generado un terremoto político, con ocho fiscales federales, incluyendo al fiscal interino del Distrito Sur de Nueva York, renunciando en señal de protesta. Incluso cuatro subalcaldes han abandonado el Ayuntamiento.
El "quid pro quo", o intercambio de favores, es la sombra alargada sobre todo el proceso. El argumento del gobierno, presentado por el Fiscal Adjunto General interino, Emil Bove, se centra en la idea de que continuar el caso interferiría con la capacidad del alcalde para gobernar y con las elecciones de 2025, además de poner en riesgo las políticas de inmigración del Presidente Donald Trump. Bove declaró en la corte: “Francamente, creo que el hecho de que el alcalde Adams esté sentado a mi izquierda en este momento es parte del problema. No puede estar dirigiendo la ciudad y haciendo campaña al mismo tiempo, así que creo que esta moción es una interferencia real.”
Alex Spiro, abogado del alcalde Adams, desmintió categóricamente cualquier acuerdo secreto, afirmándolo en la corte. El propio alcalde, bajo juramento, negó cualquier "quid pro quo" y afirmó: “No he cometido ningún delito. No creo que vuelvan a presentar los cargos. No tengo miedo de eso.” Los cargos incluían soborno, corrupción, fraude electrónico y la solicitud y aceptación de donaciones de ciudadanos extranjeros a cambio de impulsar la agenda de inmigración de Trump.
La audiencia, presidida por el juez Dale Ho, estuvo llena de tensión. Entre los presentes se encontraban figuras clave como Todd Blanche, la elección de Trump para Fiscal General Adjunto, y James Dennehy, el agente principal de la oficina del FBI en Nueva York, cuyos agentes investigaron a Adams. El juez Ho, tras un interrogatorio extenso a Bove sobre el razonamiento del DOJ, señaló la complejidad del caso y la necesidad de una deliberación cuidadosa. Mencionó que su margen de maniobra era "estrecho" y que no tomaría una decisión impulsiva.
La decisión del juez Ho, que se espera en los próximos días, tendrá implicaciones significativas para la política neoyorquina y la escena nacional. La posibilidad de que la fiscalía pueda reabrir el caso en el futuro también añade una capa adicional de incertidumbre a la situación.