Importante aseguradora asume $7,600 millones en pérdidas por los incendios en Los Ángeles
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State Farm, uno de los gigantes del sector, ha anunciado que desembolsará aproximadamente 7.600 millones de dólares para cubrir las pólizas de sus clientes afectados por los devastadores incendios Eaton y Palisades. Esta cifra, que podría ascender hasta los 7.900 millones incluyendo costos administrativos, representa una parte significativa del daño causado por los incendios que dejaron 28 víctimas mortales y más de 16.200 edificios reducidos a cenizas en las comunidades de Pacific Palisades y Altadena.
Con una presencia significativa en California, State Farm poseía cerca del 20% de las pólizas en las zonas afectadas, según un análisis del San Francisco Chronicle. Esto significa que la aseguradora protegía a un considerable número de propietarios en el área afectada por las llamas, que abarcaban unas 15.000 hectáreas.
El impacto no se limita a State Farm. Otras aseguradoras también enfrentan cuantiosas pérdidas. Se estima que FAIR, el programa estatal de seguros de última instancia, deberá cubrir unos 4.700 millones de dólares, incluyendo 1.000 millones aportados por otras compañías privadas para evitar su colapso. Travelers espera pagar alrededor de 1.700 millones, mientras que Allstate destinará aproximadamente 1.100 millones. Analistas de JPMorgan prevén que el costo total para las compañías aseguradoras ascienda a 20.000 millones de dólares, ubicando los incendios entre los cinco desastres naturales más costosos en la historia de Estados Unidos.
La situación ha generado una profunda preocupación en el sector. State Farm ha expresado su inquietud por las presiones financieras y ha solicitado un aumento del 22% en el precio de las pólizas residenciales, una medida que ha sido rechazada por las autoridades estatales, las cuales han implementado una moratoria de un año para evitar cancelaciones de servicios en las zonas afectadas.
La crisis pone de manifiesto la creciente vulnerabilidad del sector asegurador ante los desastres naturales intensificados por el cambio climático y las presiones regulatorias en un estado como California, donde los precios de los seguros han sido históricamente bajos.
Incluso antes de los recientes incendios, varias compañías habían limitado la aceptación de nuevos clientes para seguros residenciales, reflejando la dificultad de operar en un mercado con un riesgo cada vez mayor.