Crece la solidaridad global con Ucrania tras la tensión entre Zelensky y Trump

El foco de atención: la controversial reunión en la Casa Blanca entre Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, y Donald Trump, junto a JD Vance. Lo que parecía un encuentro protocolario para la firma de un acuerdo sobre la explotación de metales raros ucranianos, se convirtió en un tenso intercambio. Según trascendió, la parte estadounidense acusó a Zelensky de ser “irrespetuoso” y “poco agradecido”, incluso de “jugar con la Tercera Guerra Mundial y con las vidas de millones de personas”. Se habló de un ultimátum, de un trato que Zelensky consideró inaceptable.
Inmediatamente, la ola de solidaridad con Ucrania se desató. Donald Tusk, primer ministro de Polonia, expresó su apoyo incondicional al pueblo ucraniano: “no están solos”. Emmanuel Macron, presidente de Francia, fue contundente al señalar que “hay un agresor, la Rusia de Putin, y hay un agredido, el pueblo ucraniano”, instando a Europa a la acción inmediata. Su ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, enfatizó: “Se acabó el tiempo de las palabras, pasemos a los hechos”.
Los países bálticos no se quedaron atrás. Gitanas Nauseda (Lituania), Kristen Michal (Estonia) y Evika Silina (Letonia) reiteraron su compromiso inquebrantable con Kiev. Desde Canadá, la ministra de Exteriores, Melanie Joly, afirmó que el apoyo a Ucrania es fundamental, no solo para su libertad, sino también para la de Occidente. “Su lucha es nuestra lucha”, podría resumirse el sentimiento.
La Unión Europea, a través de Úrsula von der Leyen (Comisión Europea), António Costa (Consejo Europeo), Roberta Metsola (Eurocámara) y Kaja Kallas (Alta Representante para Asuntos Exteriores), reafirmó su compromiso con una “paz justa y duradera”, con Kallas declarando abiertamente que “el mundo libre necesita un nuevo líder, y depende de nosotros, los europeos, aceptar este reto”.
El apoyo también llegó desde España (Pedro Sánchez y José Manuel Albares), Alemania (Olaf Scholz y Friederich Merz), Países Bajos (Dick Schoof y Caspar Veldkamp), Bélgica (Bart de Weber y Maxime Prevot), Portugal (Luis Montenegro), República Checa (Petr Fiala) y Moldavia (Maia Sandu), todos manifestando su solidaridad y apoyo irrestricto a Ucrania.
La situación, tras el cruce entre Zelensky y la delegación estadounidense, dejó en evidencia una fractura, pero también la férrea unidad de Europa y sus aliados en torno a la defensa de la soberanía ucraniana.