Alcalde de Chicago enfrenta Congreso por políticas migratorias

En el centro de la controversia: el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, quien compareció este miércoles ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. No se trataba de cualquier audiencia; Johnson, junto a sus homólogos de Boston, Nueva York y Denver, se enfrentó a un intenso interrogatorio sobre las denominadas "políticas de ciudad santuario".
El foco principal: la cooperación, o más bien, la limitada cooperación, entre las policías locales y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Johnson, sin embargo, defendió con firmeza la postura de Chicago. "No damos refugio a criminales. Nuestro departamento de policía local trabaja arduamente todos los días para garantizar la seguridad de Chicago", declaró ante el comité, enfatizando que la colaboración con las agencias federales sí existe, pero únicamente cuando hay una orden judicial criminal. Esta precisión fue crucial para contrarrestar las críticas.
La audiencia, que se prolongó por varias horas, estuvo repleta de intercambios álgidos. El presidente del comité, James Comer, lideró la ofensiva contra las políticas de ciudad santuario. Las actitudes encontradas se manifestaron claramente en las intervenciones de ambos bandos.
Se cuestionó, además, el costo del programa de asistencia a migrantes en Chicago. Aunque Johnson no ofreció cifras precisas, señaló que representa tan solo el 1% del presupuesto total de la ciudad, minimizando así la carga económica asociada a estas políticas.
Un dato relevante: Johnson se convierte en el primer alcalde de Chicago desde Richard M. Daley en testificar ante el Congreso. Este hecho, en sí mismo, refleja la importancia del debate y la magnitud de las decisiones en juego.
Más allá de los números y las declaraciones, la audiencia dejó al descubierto la complejidad de un tema que impacta directamente en la vida de miles de personas y en la relación entre las autoridades locales y federales en Estados Unidos.