Detienen a tres camioneros mexicanos en California con 77 kilos de cocaína

Recientemente, en el puerto de entrada de Otay Mesa, California, tres camioneros mexicanos fueron detenidos: Fernando Medina Rodríguez, Gustavo Camacho Medina y Carlos Cárdenas Medina. Estos individuos, según registros judiciales obtenidos por Border Report, habían realizado más de 20 cruces desde el 15 de enero, transportando remolques aparentemente vacíos. Este patrón, sospechoso para los agentes de la Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), desencadenó una inspección más exhaustiva.
La clave estuvo en un perro detector de drogas, una herramienta invaluable en la lucha contra el narcotráfico. Su olfato agudo alertó a los agentes sobre la presencia de sustancias ilícitas en los vehículos Kenworth, específicamente, en compartimentos ocultos dentro de las cabinas. Los compartimentos, ingeniosamente diseñados para evadir los escáneres, contenían más de 170 libras (77.8 kilos) de cocaína.
La estrategia utilizada por los contrabandistas – ocultar la droga en las cabinas en lugar de los remolques – revela un alto nivel de sofisticación. Esto demuestra la constante evolución de las tácticas empleadas por las redes de narcotráfico para eludir los controles fronterizos.
Durante el interrogatorio, Fernando Medina Rodríguez confesó haber sido contratado por personas no identificadas para transportar la droga a cambio de USD 5,000. Se le pidió notificar a un contacto mediante un número desconocido tras el cruce. La información sobre la participación de Camacho Medina y Cárdenas Medina es limitada, sin declaraciones oficiales registradas hasta el momento. La investigación continúa, con agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) explorando posibles vínculos con cárteles.
Los tres camioneros enfrentan cargos de conspiración e importación de una sustancia controlada. Su lectura formal de cargos está programada para el 1 de abril. Las autoridades evalúan si se presentarán cargos adicionales relacionados con una red de tráfico transnacional. El caso pone de manifiesto la necesidad de una mayor cooperación entre agencias estadounidenses y mexicanas para desmantelar estas organizaciones criminales.