Trump amenaza con aranceles a productos lácteos y madereros de Canadá

El epicentro de esta situación se encuentra en la relación entre Estados Unidos y Canadá. El presidente Donald Trump, en una sorpresiva declaración desde la Oficina Oval el viernes pasado, anunció la posibilidad de nuevos aranceles a productos canadienses. Este anuncio, que llega apenas un día después de un breve respiro en las tensiones comerciales, ha generado una ola de reacciones.
Según las declaraciones de Trump, “Canadá nos ha estado estafando durante años con la madera y los productos lácteos”, citando específicamente un arancel canadiense del 250% aproximado sobre los productos lácteos estadounidenses. ¿La respuesta de Trump? Igualar dichos aranceles dólar por dólar, con la implementación de medidas que podrían aplicarse “tan pronto como hoy o esperar hasta el lunes o martes”, según sus propias palabras.
Esta decisión llega como un duro golpe a la estabilidad recién alcanzada tras el anuncio del jueves pasado, donde se había otorgado una moratoria de un mes a los aranceles sobre productos que cumplen con el T-MEC. Esta pausa temporal había generado un respiro para sectores como el automotriz y el agrícola, aliviando las tensiones en el mercado.
El conflicto se centra, principalmente, en los altos aranceles canadienses sobre ciertos productos lácteos (un 241% sobre la leche, según datos recientes) y la madera. Aunque en 2023 un panel de disputas comerciales falló a favor de Canadá, argumentando que estos aranceles no violaban el T-MEC, Trump insiste en la necesidad de una respuesta contundente, asegurando incluso que Estados Unidos "tiene una ‘abundancia de recursos madereros que son más que adecuados para satisfacer nuestras necesidades nacionales de producción de madera’", según un decreto firmado el sábado anterior. Sin embargo, expertos advierten sobre un posible incremento en los costos de la construcción y el alza de los precios de las viviendas si se implementan los aranceles.
Los detalles de la implementación de estas medidas aún se desconocen, generando una atmósfera de incertidumbre que afecta directamente a las cadenas de suministro y a los consumidores de ambos países. La respuesta del gobierno canadiense es esperada con gran interés.