Inflación en Estados Unidos llega al 2.8%: desafíos económicos y efectos de la guerra arancelaria

El Buró de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo de Estados Unidos publicó datos preocupantes a principios de marzo. El índice de Precios al Consumidor (CPI) registró un aumento del 0.2% en febrero, situando la tasa de inflación anualizada en 2.8%. Esto, sin duda, representa un desafío para la economía estadounidense.
Pero la historia no termina ahí. Si bien el aumento general es significativo, el informe detalla que, "excluyendo alimentos y productos energéticos, el CPI se ubica en 3.1% en términos anualizados." Este dato revela una presión inflacionaria más profunda en el sector de bienes y servicios no esenciales.
La administración Trump, con su controversial guerra arancelaria, carga con una gran parte de la responsabilidad. El impacto de los aranceles del 25% impuestos a las importaciones de acero y aluminio, especialmente a Canadá, Brasil, México, Corea del Norte y Vietnam, se hace sentir. La respuesta de estos países podría ser la imposición de aranceles recíprocos, exacerbando la situación.
Los efectos se perciben en la vida diaria. El informe destaca que el costo de la vivienda subió un 0.3%, afectando aproximadamente el 50% del alza en la tasa anual de inflación. Este dato contrasta con la disminución del 4% en el costo de los servicios aéreos y del 1% en el precio de la gasolina.
La Reserva Federal (FED), encabezada por Jerome Powell, se enfrenta a un dilema. La inflación actual dificulta la posibilidad de recortes en las tasas de interés de préstamos interbancarios, que se mantienen en 4.25% y 4.5%. El Comité de Mercado Abierto se reunió a mediados de marzo para evaluar la situación, un evento clave para el futuro económico de Estados Unidos y, por extensión, para el panorama internacional.
La situación es aún más preocupante al considerar el impacto en el mercado de valores. En solo 51 días de la segunda presidencia de Trump, Wall Street ha sufrido una caída del 8% en volumen, con una probabilidad proyectada del 40% de una recesión económica. La promesa de Trump de una era de prosperidad económica contrasta drásticamente con la realidad actual.
La inflación en Estados Unidos no es un fenómeno aislado. Su evolución y las medidas tomadas por la administración Trump continuarán generando repercusiones en la economía global, requiriendo una atención constante y un análisis profundo de las interconexiones internacionales.