Niño Autista Agredido en Escuela de Texas: Maestros Despedidos

El caso involucra a Alex Cornelius, un niño de 10 años con autismo, estudiante de la Escuela Primaria Millsap en el condado de Parker. Su madre, Carissa Cornelius, describe a su hijo como un niño que no puede expresar verbalmente cuando algo le causa daño. "Mi hijo no puede hablar," dijo Carissa, "No puede venir a casa y decirme: 'Mami, me pegaron' o 'Mami, me tratan mal'."
La familia se enteró de un incidente perturbador varios días después de que ocurriera. Un video, grabado por otro educador presente en el aula de necesidades especiales, muestra a dos adultos, aparentemente maestros, actuando de manera violenta contra Alex. Las imágenes, que FOX 4 ha decidido no mostrar para proteger la identidad de los implicados antes de cualquier acusación formal, muestran a uno de los adultos abofeteando al niño y al otro golpeándolo repetidamente con un juguete, llegando incluso a lanzárselo. El abuelo de Alex, Mark Allen, expresó su conmoción: "Nuestros niños autistas se encuentran entre los más vulnerables entre nosotros, y ver a mi nieto tratado de esa manera fue absolutamente devastador".
Millsap ISD, el distrito escolar independiente, ha respondido a la gravedad de la situación. Se indica que los educadores implicados en el incidente de febrero fueron puestos en licencia administrativa y ya no forman parte del distrito. Además, la investigación se ha extendido, resultando en la licencia administrativa del director y el subdirector de la escuela primaria. El distrito ha aclarado que se ha utilizado "un investigador externo" para esclarecer los hechos, y que se ha informado a las autoridades pertinentes: la policía local, Servicios de Protección Infantil (CPS) y la Junta Estatal de Certificación de Educadores.
La investigación continúa, y se esperan más detalles a medida que avanzan las pesquisas. La familia de Alex espera justicia y que se tomen medidas para prevenir que sucesos similares se repitan. El silencio de Alex, su incapacidad para narrar su experiencia, resalta la vulnerabilidad de los niños con autismo y la necesidad de entornos educativos seguros y sensibles a sus necesidades especiales.