Horror: Embarazada asesina a adolescente y le roba el bebé

El 12 de marzo, Emilly Azevedo Sena, de 16 años y con nueve meses de embarazo, fue reportada como desaparecida. Días después, su cuerpo fue descubierto en una fosa poco profunda. El informe forense confirmó una muerte brutal: shock hipovolémico hemorrágico. Las heridas evidenciaban una violencia extrema, lejos de una muerte natural. La investigación, meticulosa y sigilosa, se centró en reconstruir los últimos momentos de la joven.
"Mitigar los gritos", esa frase, parte de la declaración de la principal sospechosa, Nataly Martins Pereira, de 28 años, reveló la fría premeditación del crimen. Pereira, junto a su esposo Christian de Arruda, llegaron al Hospital Santa Helena con un recién nacido, afirmando que Nataly había dado a luz en casa. Sin embargo, la ausencia de signos de parto reciente en Nataly desató las alarmas. La falta de información coherente por parte de la pareja, sumada al comportamiento inusual, hizo que las autoridades actuaran.
La confesión de Nataly reveló una verdad espeluznante. Admitió haber asesinado a Emilly para quedarse con su bebé, motivada, según sus declaraciones, por dos abortos espontáneos previos.
La investigación continúa. Las autoridades buscan posibles cómplices y analizan los cuchillos encontrados en la residencia de Nataly, que confirman el alto grado de violencia utilizada. Nataly Martins Pereira fue acusada de homicidio, ocultación de cadáver y fraude procesal. Mientras tanto, el bebé de Emilly está bajo el cuidado de su familia, en medio del dolor y la incertidumbre que envuelve a todos los afectados.
El caso, aún en desarrollo, deja una profunda huella en la sociedad brasileña. La familia de Emilly, desgarrada por la pérdida, lucha por encontrar paz tras la tragedia. La búsqueda de justicia para Emilly, su bebé y su familia, se extiende más allá del proceso legal, resonando en la memoria colectiva como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la crueldad humana.