Turistas europeos detenidos en EEUU: Temor a regresar

El foco se centra en una serie de casos reportados por The Associated Press, que involucra a ciudadanos europeos, principalmente de Alemania, Reino Unido y Canadá, países participantes en el Programa de Exención de Visado (Visa Waiver Program).
Uno de los casos más comentados es el de Lucas Sielaff, un joven alemán de 25 años que, a pesar de tener un permiso de 90 días y viajar con su prometida estadounidense, fue detenido durante 16 días en el centro de detención de Otay Mesa, en San Diego. Su "delito": haber estado 22 días en Estados Unidos antes de ser interceptado al regresar de un viaje a Tijuana, según las autoridades.
Similarmente, Jessica Brösche, también alemana, experimentó una detención de 45 días, incluyendo siete en aislamiento. Ambos casos, así como los de Becky Burke (turista galesa) y Jasmine Mooney (ciudadana canadiense con visa de trabajo), muestran un patrón preocupante: detenciones prolongadas sin explicaciones claras ni acceso a asistencia legal inmediata.
Las autoridades estadounidenses, específicamente la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), han argumentado que estos turistas fueron considerados "inadmisibles" por violar los términos de entrada, aunque sin especificar qué criterios se utilizaron. La falta de transparencia está generando críticas de organizaciones como el Comité de Servicio de Amigos Americanos (AFSC), que señalan la falta de precedentes en este tipo de detenciones masivas de ciudadanos de países aliados.
La situación ha generado una serie de interrogantes sobre los derechos de los turistas detenidos. Si bien la entrada sin visa es posible, no garantiza la misma protección legal que para residentes o solicitantes de asilo. La posibilidad de procedimientos de remoción expedita, sin un debido proceso judicial, genera incertidumbre.
Las repercusiones van más allá de los individuos afectados. Ya se observan reacciones diplomáticas, como la preocupación expresada por el primer ministro de Columbia Británica, David Eby, y la cobertura mediática en Alemania. El impacto en las relaciones internacionales y en la imagen de Estados Unidos como destino turístico es innegable. La cancelación de planes personales, como la boda de Sielaff en Las Vegas, es solo un ejemplo de las consecuencias.
El impacto económico y emocional para los afectados, además de la incertidumbre generalizada, se vislumbra como un elemento crucial en esta situación que redefine la experiencia de viajar a Estados Unidos para muchos.