Migración en riesgo: Trump reactiva una crisis regional

Pero, ¿qué está pasando realmente? El epicentro de esta inquietud se encuentra en la política migratoria de Donald Trump, de regreso a la Casa Blanca. Su administración ha implementado una serie de medidas que han generado un efecto dominó en América Latina, dejando a miles de migrantes en una situación de extrema vulnerabilidad. Diego Chaves-González, director del programa para América Latina y el Caribe del Instituto de Política Migratoria (MPI), ha analizado a profundidad la situación.
Según Chaves-González, la firma de 175 órdenes ejecutivas por parte de Trump ha impactado fuertemente en la vida de los migrantes. "Lo delicado es que eso está generando desafíos legales relevantes", afirma el especialista, refiriéndose a las tensiones entre los poderes Ejecutivo y Judicial de Estados Unidos.
Hasta el 27 de abril, el gobierno estadounidense enfrentaba 50 demandas colectivas contra sus políticas migratorias, tres de ellas en la Corte Suprema. A pesar de que el Tribunal Supremo ha reconocido la facultad del gobierno para implementar estas medidas, ha pedido respeto al debido proceso.
La situación se complica aún más al considerar la suspensión del programa para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que permitía el ingreso de alrededor de 530,000 personas. "Lo delicado es que ese instrumento no ofrecía ninguna vía hacia la residencia permanente", explica Chaves-González, destacando el riesgo de deportación para quienes se encontraban bajo este programa.
La vulnerabilidad es particularmente alta para los nicaragüenses, quienes carecen de acceso a mecanismos de protección como el Estatus de Protección Temporal (TPS). La cifra de 1.5 millones de migrantes no autorizados en Estados Unidos con órdenes de deportación, a finales de 2024, pinta un panorama desolador. Si bien el número de deportaciones no ha aumentado en términos absolutos, su visibilidad sí se ha incrementado, generando miedo y tensión.
El impacto se extiende más allá de las fronteras de Estados Unidos. Chaves-González señala que la migración se ha convertido en una herramienta geopolítica, con gobiernos de América Latina negociando acuerdos bilaterales con Estados Unidos para preservar intereses políticos y económicos. Guatemala, El Salvador, Panamá y Costa Rica son ejemplos de países involucrados en estos acuerdos.
Las consecuencias de estas negociaciones son preocupantes. "Lo que se acuerda en un país tiene afectaciones en otros", advierte Chaves-González, subrayando la fractura del sistema internacional de gobernanza y el impacto en los flujos migratorios. Además, los recortes a los fondos para programas de apoyo a migrantes por parte de Estados Unidos han agravado la situación, cerrando oficinas de movilidad segura y dejando a muchas personas sin orientación.