"Los cárteles ya no solo usan drones para espiar o transportar drogas. Ahora los adaptan con explosivos y los lanzan contra sus rivales. Es cuestión de tiempo antes de que esos ataques crucen la línea", advirtió Steven Willoughby, responsable del programa anti-drones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Los datos revelados en una audiencia ante el Senado de EE.UU. son contundentes:
- 27,000 vuelos no autorizados detectados en la frontera durante la segunda mitad de 2024.
- Operaciones principalmente nocturnas, entre las 8 PM y 4 AM.
- Vuelos a alturas prohibidas (más de 120 metros), evadiendo regulaciones de ambos países.
Lo que más preocupa a las autoridades no es solo la cantidad, sino la sofisticación. Michael Torphy, del FBI, detalló que los
cárteles han perfeccionado tácticas de vigilancia aérea contra agentes fronterizos.
"No son juguetes. Son herramientas de guerra adaptadas para el crimen", señaló.
La colaboración binacional se ha intensificado. Estados Unidos está capacitando a fuerzas mexicanas en:
- Detección de drones modificados.
- Técnicas de interferencia de señales.
- Protocolos ante posibles ataques con artefactos explosivos.
Pero hay un reconocimiento tácito: la
tecnología avanza más rápido que los protocolos. Mientras las autoridades perfeccionan defensas, los
cárteles experimentan con nuevas formas de usar estos aparatos. La frontera, esa línea invisible de 3,142 km, se ha convertido en un laboratorio de
guerra asimétrica donde el cielo ya no es territorio seguro.
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