Trump autoriza operaciones encubiertas en Venezuela: documentos filtrados

"Sin duda, ahora estamos considerando el territorio terrestre", declaró el presidente Donald Trump en una conferencia reciente, dejando entrever que las aguas internacionales ya no serían el único campo de operaciones. La frase, aparentemente casual, es la punta del iceberg de una estrategia mucho más agresiva contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Lo que comenzó como una campaña de presión económica y sanciones individuales ha escalado a un nivel sin precedentes:
Detrás de la decisión hay nombres clave: Marco Rubio, arquitecto de la estrategia venezolana de Trump, y John Ratcliffe, exdirector de la CIA quien prometió hacer la agencia "más agresiva". Durante su gestión, Ratcliffe expandió el uso de drones para vigilancia en México y reactivó tácticas que no se veían desde la Guerra Fría.
El contexto es igualmente revelador. Mientras el Departamento de Estado insistía en acusaciones de narcoterrorismo contra Maduro, evaluaciones de inteligencia internas mostraban fisuras en esa narrativa. Un informe filtrado señala que incluso el FBI discrepaba con la teoría de que el Tren de Aragua —banda criminal venezolana— actuara bajo órdenes directas del palacio de Miraflores.
La historia se vuelve más compleja al revisar el historial de la CIA en la región:
Mientras tanto, en Caracas, Maduro aparece en fotografías recientes rodeado de uniformados, mostrando una imagen de control que contrasta con los reportes de inteligencia. La recompensa de 50 millones de dólares por su captura sigue en pie, pero ahora con un elemento adicional: la posibilidad real de que agentes extranjeros operen en suelo venezolano.
Lo que sigue es terreno de especulaciones. Las operaciones encubiertas, por definición, ocurren en las sombras. Pero el mensaje es claro: la presión contra Venezuela acaba de entrar en una fase donde las reglas del juego cambian por completo.