El árnica, una planta perenne que ha sido valorada a lo largo de los siglos por sus propiedades antiinflamatorias. En México su uso recae en pomadas o ungüentos que son comúnmente utilizadas para aliviar molestias derivadas de golpes y dolores específicos. Sin embargo existen muchas personas que buscan saber para qué sirve y si es que te tiene alguna contraindicación según los expertos.
Se han identificado al menos dos especies de árnica: Heteroteca inuloides, conocida como árnica mexicana, y Árnica montana L., de origen europeo, ambas pertenecientes a la familia Asteráceas. La variedad más comúnmente utilizada en Latinoamérica es la Árnica Montana, según el documento "Plantas medicinales: La realidad de una tradición ancestral" publicado por en México.
Originaria de Europa y el sur de Rusia. Sus flores amarillas o anaranjada son distintivas. Las propiedades antiinflamatorias del árnica se atribuyen a sesquiterpenas según la naturópata Gabriela Ordoñez, quien también destaca su actividad antimicrobiana y antioxidante gracias a los fenólicos y flavonoides presentes. Ambas especies de árnica han sido recomendadas para tratar la inflamación.
También para actuar como antimicrobianos y antioxidantes, así como para aliviar contusiones, esguinces, problemas reumáticos, heridas, hematomas, dolor y angina. El portal Medline Plus señala que los compuestos activos en el árnica pueden reducir la hinchazón, aliviar el dolor y actuar como antibióticos. El árnica se encuentra comúnmente en ungüentos, cremas y productos tópicos diseñados para reducir la inflamación.
Se recomienda preparar el árnica como infusión, utilizando una cucharada de flores por cada litro de agua hirviendo, para su uso en lavados o compresas aplicadas sobre la piel, evitando su ingestión. Los expertos enfatizan en uso externo, ya que su consumo interno puede ser tóxico, causando malestares como dolor de estómago, diarrea, vómitos, dificultad para respirar, entre otros.
Además, se desaconseja su uso en heridas abiertas o piel lesionada, así como en mujeres embarazadas o en período de lactancia, y en niños, recomendándose consultar a un especialista antes de su uso.