Un joven de 25 años, sin que nadie lo esperara, se plantó sobre un muro de seis metros de altura, con la intención de terminar con su vida.
Los elementos de la Policía Auxiliar (PA) de la SSC, como guardianes de la seguridad en la terminal, se percataron de la situación. Al verlo parado en el borde del vacío, con la mirada perdida en la lejanía, se activaron los protocolos de emergencia. Era una situación crítica, un momento donde la vida de una persona pendía de un hilo.
Los policías se acercaron con cautela, buscando no generar un sobresalto que pudiera precipitar la tragedia. Con paciencia y tacto, lograron entablar un diálogo con el joven, buscando entender sus emociones y ganarse su confianza. La presión del momento se sentía en el ambiente, mientras los policías luchaban contra el tiempo para evitar lo peor.
Cada palabra que pronunciaban debía ser un salvavidas, una oportunidad para que el joven recapacitara. Después de varios minutos de tensión, el joven dio señales de ceder. Su determinación comenzó a flaquear, dejando ver esperanza.
Con la ayuda de una escalera, los oficiales lo bajaron de manera segura, salvando su vida. En ese momento, la tensión se diluyó, dando paso al alivio por el desenlace positivo. El joven fue trasladado ante el Juez Cívico para determinar su situación legal, pero afortunadamente, no sufrió lesiones.