El gobierno mexicano, ante estas preocupaciones, ha decidido ir directamente a la fuente. En una reunión con líderes empresariales estadounidenses, se les explicará que la reforma judicial busca renovar el poder judicial, erradicando la corrupción y el familismo que han afectado al sistema por años. "La propia ministra presidenta de la corte ha reconocido que el problema existe", mencionaron fuentes oficiales.
El mensaje que se quiere transmitir es que la reforma no busca perjudicar intereses legítimos de empresas o inversiones, sino fortalecer el estado de derecho. Para respaldar este punto, se les dirá que la reforma se basa en tradiciones norteamericanas, como la elección de jueces y la creación de tribunales de disciplina. De hecho, incluso en Estados Unidos se está hablando de una "crisis ética" en la Suprema Corte, lo que justifica la necesidad de una reforma en México.
Con el objetivo de asegurar que la información sea clara y transparente, se hará un esfuerzo por comunicar estos argumentos en inglés. Se espera que esta iniciativa ayude a generar confianza entre los empresarios estadounidenses y que la reforma judicial sea vista como una oportunidad de fortalecer la relación bilateral.