Tras el trágico caso de Cruz, un niño de seis años asesinado por su padrastro en Iztacalco, surgió una iniciativa que busca cambiar las reglas del juego para garantizar la seguridad de los menores en el seno familiar.
La iniciativa, conocida como la Ley Crucito, fue presentada por la legisladora Elizabeth Mateos Hernández de Morena. Esta ley busca honrar la memoria del pequeño Cruz, quien sufrió violencia física por parte de Oscar ‘N’, pareja de su madre Berenice ‘N’, ambos actualmente en prisión preventiva por su responsabilidad en el homicidio.
La Ley Crucito propone una reforma al artículo 125 del Código Penal local en materia de homicidio, con el objetivo de fortalecer las penas para quienes perpetren actos de violencia contra niñas, niños y adolescentes, incluyendo la relación de padrastros con sus hijastros.
La propuesta busca:
- Castigar con penas de 10 a 30 años de prisión a quien prive de la vida a su hijastro o hijastra.
- Privar de los derechos que el agresor pueda tener con la víctima, incluyendo derechos sucesorios.
- Imponer las mismas penas a los padres o madres que teniendo conocimiento del hecho omitan denunciarlo y/o feliciten el delito.
Esta iniciativa envía un mensaje contundente: la violencia contra las infancias no se tolerará. Las bancadas de otros partidos han avalado la Ley Crucito, que ahora será revisada por la Comisión de Administración y Procuración de Justicia.