En el centro de la discusión están los repartidores, quienes se enfrentan a un futuro incierto ante la propuesta de ofrecerles seguridad social. ¿El problema? No todos están contentos con la idea de ser empleados de las plataformas.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha impulsado la reforma para regular las plataformas digitales, argumentando que estas empresas extranjeras explotan a los repartidores mexicanos al clasificarlos como "socios" y no como empleados. Esto, según Sheinbaum, genera un empleo informal sin prestaciones ni reparto de utilidades. Sin embargo, la postura de los repartidores es más matizada.
Saúl Gómez, vocero de la organización "Ni Un Repartidor Menos", ha expresado la inquietud del sector: "No queremos ser empleados, queremos mantener nuestra independencia". Gómez argumenta que la flexibilidad de las plataformas, que permite a los repartidores elegir sus horarios y aceptar pedidos según sus necesidades, es una ventaja crucial.
La reforma, según Gómez, presenta dos puntos críticos:
- Un horario laboral obligatorio: Aunque la seguridad social es una necesidad, los repartidores no desean verse limitados por un horario fijo.
- Un número de repartidores erróneo: La administración estima a poco más de 600 mil repartidores, mientras que la realidad es que existen alrededor de 2.5 millones de trabajadores en este sector.
Buscamos un diálogo para reformular esta iniciativa, afirma Gómez. Aceptamos la prestación de seguridad social, pero no queremos ser empleados porque no nos conviene tener un horario laboral.