Si bien se espera que sea aprobada con una amplia mayoría, no está exenta de polémica.
El Partido Acción Nacional (PAN) se ha pronunciado en contra de la iniciativa, calificándola como una "iniciativa criminal". Argumentan que pone en riesgo a las mujeres en etapas avanzadas del embarazo y que atenta contra la vida de un ser humano con un sistema nervioso desarrollado después de la semana 12 de gestación. La diputada América Rangel, del PAN, ha expresado su preocupación: “No es un progreso como lo quieren hacer ver, es una propuesta que legaliza el asesinato serial de millones de no nacidos. Dicen que es un derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo, pero el bebé en el vientre no es parte del cuerpo de la mujer, es un ser humano diferente”.
Mientras tanto, Patricia Urriza, diputada de Movimiento Ciudadano, destaca que la reforma complementa los derechos de las mujeres que ya se han adquirido en la ciudad y en el país. Para ella, la discusión no se centra en la legalidad del aborto, sino en garantizar la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos: “No estamos en el momento de discutir si es legal, o no es legal el aborto, es un derecho que las mujeres ya adquirimos en la ciudad y en el país desde hace muchos años. Es inconstitucional que las mujeres vayan a la cárcel por decidir sobre su propio cuerpo”.
La decisión final recae en las manos de los diputados del Congreso capitalino. El debate se intensifica, con argumentos que se basan en la ética, la salud pública, la protección de los derechos de las mujeres y la vida del feto. La Ciudad de México, pionera en la despenalización del aborto hasta las 12 semanas, se encamina hacia un nuevo capítulo en la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres.