En el contexto actual de inseguridad en México, el puerto de Manzanillo, ubicado en Colima, se ha convertido en un punto crítico de confrontación entre grupos criminales y las autoridades. Este puerto, el más relevante del Pacífico mexicano, es el único autorizado para la entrada de precursores químicos, sustancias que son esenciales para la producción de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Desde octubre del año pasado, se ha observado un incremento en la violencia, con cárteles como el Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Independiente de Colima (Los Mezcales) y el de Sinaloa intensificando sus ataques. Estos actos de violencia no solo se dirigen a las fuerzas de seguridad, sino que también buscan cooptar y amenazar al personal aduanal, lo que ha generado un ambiente de temor y desconfianza en la región.
Recientemente, el asesinato del contraalmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar ha puesto de manifiesto la gravedad de la situación. Este ataque, junto con otros incidentes violentos, refleja una estrategia del crimen organizado para desestabilizar a las fuerzas del orden y reafirmar su control sobre el puerto. Las autoridades federales consideran estos ataques como una respuesta directa a las acciones que han debilitado la estructura operativa de los cárteles.
Además de la violencia física, los grupos criminales han implementado tácticas de intimidación, utilizando amenazas y bloqueos en los accesos al puerto, lo que ha afectado el flujo de mercancías. En este contexto, se han documentado actos de violencia contra la población civil, incluyendo ejecuciones y la aparición de cuerpos en espacios públicos, lo que ha incrementado la sensación de inseguridad entre los habitantes de Colima.
Ante esta ola de violencia, la Marina ha intensificado sus operativos para desmantelar las redes criminales que operan en la región. Se están planificando acciones más precisas y controladas, con el objetivo de evitar errores del pasado que llevaron a situaciones de mayor violencia. En lo que va del año, el puerto de Manzanillo ha registrado un aumento del 17% en la tasa de homicidios dolosos, lo que subraya la urgencia de una respuesta efectiva por parte de las autoridades.
Las colonias más afectadas por la violencia en Manzanillo incluyen Campos, Centro, Colomos y Salagua, donde se han intensificado los patrullajes y controles de seguridad. En un esfuerzo por recuperar el control, se han llevado a cabo detenciones significativas, incluyendo a figuras clave dentro de los cárteles que operan en la zona, lo que podría marcar un cambio en la dinámica del crimen organizado en el puerto.