El caso, que ha conmocionado a la sociedad mexicana, involucra a un menor de 5 años que era víctima de violencia diaria por parte de su madrastra, Amalia Saturno. Los detalles, revelados inicialmente por el periodista Carlos Jiménez, son escalofriantes. "GOLPEA a SU HIJASTRO, lo SUMERGE en un BOTE con AGUA, lo AZOTA vs LA PARED…", escribió Jiménez en sus redes sociales, describiendo la brutalidad de los ataques perpetrados en una vivienda de Iztapalapa.
Según los reportes, el pequeño era sumergido en un bote con agua, golpeado contra las paredes y sometido a constantes agresiones. Aunque los maltratos eran habituales, fue la escalofriante violencia del 31 de diciembre lo que finalmente detonó la denuncia. Una tía del niño, al escuchar los gritos y el llanto del pequeño, alertó a las autoridades.
La rápida intervención de la SSC (Secretaría de Seguridad Ciudadana) permitió la detención inmediata de Amalia Saturno. Este arresto, sin embargo, no es un caso aislado. La problemática del maltrato infantil en la Ciudad de México es alarmante, como lo demuestra el “Caso Cruz”, ocurrido en octubre pasado en Iztacalco.
En este otro caso, un niño de 6 años sufrió abusos y maltratos a manos de su padrastro, Óscar 'N', quien finalmente causó la muerte del menor. Reportes indican que 'Crucito', como lo llamaban los vecinos, sufría golpes, intentos de asfixia y azotes. Vídeos grabados por vecinos muestran al niño desnutrido, sin ropa adecuada y buscando comida en la basura, un testimonio desgarrador de la indiferencia y la crueldad.
Ambos casos, aunque diferentes en sus detalles, comparten un hilo conductor: la vulnerabilidad de los niños ante la violencia adulta y la urgencia de implementar medidas más efectivas para prevenir y sancionar este tipo de crímenes. La detención de los responsables, aunque un paso fundamental en la búsqueda de justicia, no elimina la necesidad de una reflexión profunda sobre la protección infantil en México.